LA PIZARRA TÁCTICA
Las incomodidades del Liverpool
El Liverpool recurrió a su contundencia para despachar la eliminatoria. No fue una actuación notable del conjunto de Klopp pese a la holgura del resultado. Estuvo a merced del Oporto durante muchos minutos, encogido por la presión rival y obtuso con el balón. El planteamiento agresivo de Sergio Conceiçao le incomodó. El Oporto se situó en un bloque alto, cargó con desplazamientos directos y se posicionó bien para ganar la segunda jugada. Sólo le pesó su inocencia en el área (19 remates para un único gol). Aunque con un estilo muy diferente al del Barcelona, enseñó algunas debilidades del Liverpool.
A los de Klopp no les sentó bien la valentía portuguesa en la presión. Danilo saltaba sobre Fabinho y Herrera y Otavio bloqueaban a Wijnaldum y Milner. El Liverpool no quiso arriesgar en su juego posicional y no le importó lanzar balones en largo para minimizar el posible error. También le costó tapar las incorporaciones de Militao y Telles. Con Salah y Mané descolgados, los centrocampistas no siempre llegaban a la cobertura del lateral. El Oporto dispuso de situaciones de dos contra uno en las bandas con un Corona hiperactivo. Su movilidad entre líneas resultó un elemento comprometido para la defensa red. El Liverpool resistió y esperó su oportunidad. Mané golpeó en la primera ocasión que tuvo y el Oporto perdió primero la fe, después la compostura en el tramo final del segundo tiempo. Las contras del Liverpool, su peligro más evidente, se encargaron de finiquitar el pase. El Barcelona ya conoce esta amenaza como también percibe las fragilidades que tiene el equipo de Klopp.
El desdoblamiento de Robertson
Enorme temporada del lateral izquierdo. Sus apariciones en ataque suponen una baza muy poderosa para el Liverpool. Llega desde atrás y centra con criterio. Este fue el inicio del gol de Mané.