Coutinho ya escucha al Camp Nou
Dijese lo que dijese y a quien se lo dijese, a Coutinho le salió del alma el exabrupto después de marcar el 3-0 que cerró la eliminatoria Barça-Manchester United. El brasileño, jugador aséptico y sobre el que es difícil descifrar sus estados de ánimo, sí tenía esta vez muchos demonios que liberar. Criticado por su precio, por su falta de atrevimiento, por ser un tipo apocado, por no rebelarse y por no demostrar jerarquía, se sacó un partidazo que coronó con un golazo espectacular. Ese gol y varios gestos técnicos evidenciaron una mejoría en un futbolista que es capaz de hacer muchas cosas buenas para el Barça. No tiene la exuberancia de Dembélé ni es devastador a campo abierto. A cambio, ofrece continuidad en el juego, sabe asociarse y casi siempre elige bien. Acepta su condición de complemento y, en cuanto se quita la cuerda, hace cosas como las del 3-0. Ojo al final de temporada de Coutinho, que supo escuchar al Camp Nou. Si hace las cosas bien, tiene recococimiento.
Coutinho fue una de las buenas noticias de un Barça que tres años después rompió la barrera de los cuartos con cierta solvencia. Sorprendido por la salida del United hasta que se puso en el campo, el partido duró exactamente lo que quiso el rey del Camp Nou. Mil veces visto en el Camp Nou, pareció imposible no levantarse y aplaudir el 1-0 de Messi. Luego vino la cuesta abajo. Arthur demostró que sí es el jugador perfecto contra equipos que se asoman a presionar al Barça, Rakitic estuvo tan cartesiano como siempre y la noche acabó entre gritos de admiración para el Ajax. El Barça ya está en semis. La gran batalla, previsiblemente de Anfield, se anuncia histórica.