No me gustan los lunes

Canción mítica. De adolescente recuerdo una canción que se convirtió en un himno cada vez que llegaba la hoja del calendario que nos situaba en los temidos lunes. Adiós a la fiesta del fin de semana, adiós a los buenos recuerdos del weekend. Bob Geldof, el cantante de Boomtown Rats, nos regaló ese tema inolvidable: I don´t like mondays (No me gustan los lunes). Imagino que a muchos jugadores del Madrid les debe pasar algo parecido. En Butarque se les notaba a muchos de ellos fríos, desubicados, pasivos, como anestesiados. Cielo con nubes aisladas en Leganés, una ciudad que luce con orgullo su escarapela de ‘Equipo de Primera’. Y así seguirán como mínimo una temporada más. Las imágenes de televisión nos salpicaban las terribles imágenes del incendio de Notre Dame, mientras en el césped la abulia de muchos de los jugadores coloraos, como vistió esta vez el equipo de Zidane, se dejaban llevar por un partido sin ritmo ni pulso. Hasta que llegó Jonathan Silva, el zurdo argentino que ya metió un golazo en Mendizorroza, y selló el 1-0 con un remate colocado que desnudó la falta de tensión defensiva de los todavía vigentes campeones de Europa. Ya van 38 goles encajados. Uno más que el Athletic (próximo rival el domingo) y dos menos que el propio Leganés...

Enorme Karim. Es llamativo que sea Benzema el que muestre mayor rebeldía, gestual y futbolística, para escapar de la atonía. Horas antes del match, Karim puso en sus Redes Sociales este mensaje: “No es un lunes cualquiera. Juega el Real Madrid”. Ese es el sentimiento que demuestra orgullo de camiseta. Un buen amigo mío me decía el domingo que no le extrañaba que se hubiesen caído durante un par de horas WhatsApp, Facebook e Instagram. “Tomás, un fin de semana sin partido del Madrid sólo puede provocar desastres similares a éste”. Benzema debe pensar parecido y por eso su mensaje era un llamamiento de profesionalidad y compromiso para el resto del vestuario. Lo entendieron a medias. Como sucediese ante el Eibar, sólo tras el fiasco del primer acto el equipo demostró algo de orgullo y sentido del deber. Empezamos a ver a Asensio (está agradeciendo la confianza que le ha dado Zidane), alguna pincelada de Marcelo y Carvajal en ataque y, sobre todo, un Karim iluminado que cada vez que tocaba la pelota pasaba algo con sentido común y con peligro. El gol de Benzema fue el premio a su obstinación y empeño. Su gol número 27 en lo que va de curso. Y el 18 en Liga, igualado con Stuani: sólo tiene por delante en la tabla a Luis Suárez (20) y Messi (33).

Bale, out. Lo que ha cambiado la vida para el galés. Hoy se cumplen cinco años del golazo de Bale al Barça en la final de Copa en Mestalla (Bartra seguro que no lo ha olvidado). Era un Bale pletórico en su primer año de blanco. Por cierto, con otra propuesta capilar y con un afán mucho más guerrero. Ahora es suplente en Butarque, juega diez minutos escasos y encabeza la lista de ventas anunciada el pasado domingo por Zizou. Toca hacer caja con él. Yes.

Decepción global. Que acabe este suplicio cuanto antes. Me lo dicen los peñistas de Boada ‘La Novena’ de (Salamanca), ‘El Tricornio’ de Toledo, La Bañeza (¡ha cumplido 65 años!), La Quinta del Buitre de Coca (Segovia), Paredes de Nava (Palencia), Valle del Kas de Madrid y las Peñas de Valladolid: Don Enrique, Río Esgueva y Laguna de Duero. Tranquilos amigos. El Real Madrid siempre vuelve.