¡Hat-trick de Oblak!
Antes de que me deje llevar por los goles y pases de gol, me gustaría destacar la influencia de nuevo de Oblak en el partido ante el Celta. Otra exhibición de velocidad de reacción, de potencia de piernas y de reflejos del portero del Atlético a la hora de sacar unas manos prodigiosas. Que guasa que cuando alguien realiza un hat-trick se lleva el balón a casa y los porteros no se lleven nada firmado por sus compañeros. No tengo duda que el cancerbero rojiblanco tendría ya unas pocas de reliquias en el salón de casa. En un encuentro donde motivar a un equipo con todo el pescado vendido se convierte en una gran virtud, los del Cholo salieron en modo competir, faltándole ese último pase para crear más problemas a Rubén sobre todo en los primeros 45 minutos. Fue una genialidad aconsejada por otro portero como Adán, para que el francés buscase el palo del meta céltico.
La vida se ve de otro color si en tus filas tienes a gente como el esloveno, Grizzi y la posibilidad de sacar a Morata para aprovechar los apoyos y desmarques cuando los de Escribá te dominaban y dejaban espacios. El ex del Chelsea de nuevo demostró el abanico de posibilidades que presenta al compañero con la consecución del segundo gol, Rodrigo saca la pelota limpia, el nueve da la pausa y descarga a Griezmann y rápidamente lo invita al pase con un desmarque que descoloca al defensor. Es en la definición, como ya ocurrió ante el Alavés donde más me convence Morata: mirada al portero, reducir una marcha y elegir desde la tranquilidad las opciones. Ante Pacheco, al otro palo, ante Rubén regateándolo con frialdad. Ahí es donde realmente se mide el precio de los delanteros importantes, cuando bajan pulsaciones en las zonas de ansiedad. Tengo que hablar con Carlos Peña para buscar algo cuando Oblak sea determinante como ante el Celta, algo firmado por sus compañeros, para que el esloveno enseñe a sus invitados como los delanteros enseñan los hat-trick.