A priori, no es un mal día para visitar el Metropolitano. El Atlético apenas se juega nada, mientras el Celta ha encontrado al fin la ola buena, y además los rojiblancos están en cuadro. Simeone no tendrá a ninguno de los cuatro centrales de la primera plantilla y tampoco estarán jugadores importantes como Thomas o Costa. El problema es que para el Celta es más importante una sola baja, la de Iago Aspas, que las mil que pueda tener el conjunto rojiblanco. Sin su salvador, el milagro parece más difícil.

Se presenta una oportunidad de oro para que el resto del equipo se reivindique. Aspas les ha sacado las castañas del fuego en un momento crucial, pero ahora deben demostrar que también pueden vivir sin su estrella. Maxi debe demostrar que su prometedora carrera tiene recorrido sin su socio. Lo hará, además, en un escenario en el que será observado con lupa. El Atlético le pretende y qué mejor tarde para comprobar si tiene pasta para jugar en un grande que ejerciendo de líder absoluto en ataque. También deberán dar un paso al frente los virtuosos, como Boufal o Boudebouz, o los pesos pesados, como Cabral, Mallo o Lobotka. Por si acaso, en la portería estará Rubén para obrar los milagros que eran territorio de Aspas.