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Se jugó a lo que le interesaba al Valencia

El contraataque che. Marcelino es un maestro a la hora de preparar a sus equipos para atacar en transición y así lo sufrió el Real Madrid. A medida que iba avanzando el partido, el Valencia se iba sintiendo más cómodo esperando en bloque medio, las vigilancias defensivas de los visitantes eran menos rigurosas, la presión tras pérdida iba perdiendo eficacia y el equipo se iba desordenando cada vez más, apremiado por el resultado adverso, incluso permitiendo ataques valencianistas en igualdad o superioridad numérica, con Marcelo y Odriozola en posición de extremos y con Casemiro lejos de los centrales, estando así el equipo muy expuesto ante cualquier pérdida de balón.

La posición de Kroos. Casi siempre que el Real Madrid enfrenta una estructura de 1-4-4-2, Toni Kroos adopta una posición muy inteligente en zona de inicio y creación de juego, apareciendo a la izquierda de Ramos para formar una línea de tres con los centrales. Esto facilita eliminar la presión de los dos puntas rivales por la superioridad de 3vs2 y que el extremo de ese lado, que en Mestalla fue Carlos Soler, tenga que saltar dejando al lateral, Wass, en un 1vs2 contra Marcelo y Asensio. En los primeros minutos se repitió este mecanismo, pero ninguno de los dos atacantes madridistas encontraron la profundidad necesaria para que los ataques llegaran a posiciones peligrosas para Neto.

El balón parado. En estas líneas hablábamos en la previa acerca del peligro del Valencia en la estrategia. Los dos goles anotados por el los locales fueron consecuencia del balón parado. El primero, en lo que me parece una de las situaciones más difíciles de defender, justo la acción posterior a un córner o a una falta lateral en contra. ¿Por qué? Porque siempre se pierden las marcas después del despeje, porque se rebaja la tensión defensiva pensando que el peligro ha pasado y porque en numerosas ocasiones se camina con el bloque desordenando en la búsqueda del siguiente balón. Esto mismo es una radiografía del gol de Guedes para anotar el 1-0. El segundo fue después de un remate directo tras la salida de un córner. Así sentenció el Valencia.

Espacio sin explotar. El Madrid no ocupó espacios por detrás de Parejo y Kondogbia. Nadie acompañó a Benzema, que estuvo muy desasistido. La pareja valencianista estuvo muy cómoda, pudiendo así defender hacia delante. Los jugadores de Zidane no aprovecharon ese espacio entre los dos centrocampistas y los dos centrales. Esto se debió a que los extremos no se metieron por dentro y a que los volantes, Kroos y Modric, no buscaron en ningún momento posiciones más profundas. Faltó, en general, profundidad por las bandas, quitando a Odriozola, el único en ganar línea de fondo.