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La vuelta de Zidane ha devuelto la alegría y el optimismo a todo el madridismo y le ha dado un nuevo impulso a la plantilla. Especialmente a aquellos que han tenido un curso futbolístico complicado como los Marcelo, Isco, Asensio, Keylor y Gareth Bale. Contra el Celta vimos al Bale que todos queremos ver con regularidad en el Real Madrid. Muy implicado y esforzado en todas las tareas sin balón, concentrado y metido en el desarrollo del juego, con una gran participación en las acciones ofensivas del equipo y con gran capacidad para el desequilibrio y el remate.

Con las capacidades que tiene el futbolista galés para jugar a este deporte, debería ser habitual verle rendir, como mínimo, a este nivel. Al final, como todo en la vida, querer es poder. Por lo que si Bale le pone esfuerzo y voluntad, seguramente llegarán los frutos.