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No podemos ser timoratos con el VAR

Tengo cada vez más claro por dónde tiene que ir la mejora en el uso del VAR. Soy defensor de la tecnología y alabó el gran trabajo que se está haciendo desde el CTA, pero tenemos que concretar conceptos para seguir mejorando. El error claro y manifiesto tiene que dejar de ser ese saco donde caben casi todas las jugadas. Tampoco me sirve eso de que no se quiere intervenir mucho cuando estamos viendo que en jugadas de fuera de juego algunas veces estamos parados dos o tres minutos.

Es tremendamente perjudicial para el fútbol y también para el VAR, que se relativice el error; el error, una vez descubierto a través de las imágenes, es error, no cabe grande ni pequeño. El protocolo dice lo que dice, y si hay un error en la señalización o no de un penalti, el VAR debe entrar.

Se ha introducido una herramienta que ha cambiado el fútbol de la noche a la mañana y ahora no se puede ser timorato en su uso.

Definamos que es un error manifiesto y entonces empezaremos a ver más claro el futuro. Seamos valientes y no defensivos porque nos estaremos haciendo trampas al solitario.

Yo os dejo esta reflexión: el error es manifiesto cuando la decisión es contraria a lo que ha ocurrido; eso ha ocurrido toda la vida, pero el argumento al que estamos asistiendo de que tiene que ser un error “grosero” no alcanzo a entenderlo. Si para eso han invertido 12 millones de euros no se entiende. A estos niveles, los errores no son como catedrales, son errores, especialmente en el área.

Y aquí radica el gran problema, queremos tener un escudo que sirva para todo o vamos concretando de una vez por todas sin hacernos trampas que el error está ahí y hay que enfrentarse a él, y más desde una pantalla.

Creo que a los árbitros del VAR les han inculcado una filosofía demasiado no intrusiva y ellos no se salen de esa línea.

Terminando diré que gracias por traer el VAR, pero una vez que el fútbol ya no será nunca el mismo, no tengamos miedo a tomar decisiones y no nos escondamos en el error claro y manifiesto.