Cambio climático en el derbi

Seamos sinceros. Un elevado porcentaje de madridistas celebramos el hat-trick de Cristiano y la eliminación de nuestros vecinos del Metropolitano. Hace dos décadas habríamos estado aliados con ellos y habríamos aplaudido un gol de Kiko o de Pantic en Turín. Pero esta rivalidad se ha recrudecido tras las finales de Lisboa y Milán. El Atleti ya no es el hermano pequeño que nos cae simpático, con un tono condescendiente. El Atleti es rival directo y les deseo exactamente lo mismo que ellos me desean a mí: palmar. Mis amigos del Wanda festejaron a lo grande nuestra sonrojante eliminación ante el Ajax y no se cortaron en escenificarlo.

Por eso, cuando nuestro Cristiano (aunque Florentino lo malvendiese a la Juve por un precio irrisorio para su categoría) metió un gol tras otro hasta consumar la rendición de la tropa del Cholo, lo festejamos casi como si hubiese sido el Madrid el ejecutor de la remontada. Entre el subidón del lunes con la llegada de Zidane y la inesperada caída del Atleti (nos hemos evitado el berrinche de verles levantar su primera Champions en su flamante Wanda), se ha producido un cambio climático. Eso sí, es imperdonable ver a nuestro Cristiano con otra camiseta...