Menoscabando el principio de autoridad
Después de 26 jornadas me he decidido a escribir este artículo como una autocrítica hacia mi familia arbitral. Sin lugar a dudas creo que tenemos una de las mejores plantillas arbitrales de las últimas épocas, todos ellos están excelentemente preparados y serían árbitros TOP en cualquier liga del mundo. Pero en algunas situaciones de los partidos hay que mejorar considerablemente. Creo que por diferentes motivos, que dan para otra reflexión, se está perdiendo el principio de autoridad del árbitro.
Vemos cada vez más discusiones cara a cara con jugadores que se aceptan sin amonestar, vemos gestos ofensivos hacia los árbitros que rebajamos de roja a amarilla y ya lo último de este fin de semana que nos tiene que hacer a todos reflexionar. En el partido Huesca-Sevilla, después de una decisión donde el VAR tenía que decidir, vimos a diez jugadores de un equipo abalanzarse hacia el árbitro, el cual incomprensiblemente no amonestó a ninguno. Y estas actitudes de acoso hacia el árbitro que se repiten cada vez que el VAR tiene que decidir una jugada están estipuladas muy claras en el protocolo VAR y hay que amonestar.
Desde aquí siempre defenderé la honradez arbitral que es máxima y la dificultad de ver situaciones dentro del terreno de juego, pero lo que no puedo hacer es cerrar los ojos ante actitudes de acoso arbitral, que los árbitros no están queriendo atajar. ¿Cuantas amonestaciones hemos visto por este motivo? Me cuesta pensar que sea por falta de personalidad de los colegiados, pero os respeto y os respetaré siempre porque os considero mi familia, pero el gran problema es que si en este tipo de situaciones seguís permitiendo este acoso hacia el árbitro, estáis haciendo un gran daño al colectivo, sobre todo a los árbitros de fútbol base y principalmente os estáis haciendo daño vosotros mismos.
Por eso, este artículo me ha costado mucho escribirlo, pero me conocéis y no podía callarme.