Gozos y sombras del partido más temido
Decía Manuel Rivas, lo recogió AS este último lunes, que la mayor bronca que suscitó un artículo suyo en la vida fue uno que escribió sobre si era posible ser a la vez del Celta y del Depor. Esa es una imposibilidad insalubre, despreciable, le dijeron sus compañeros de cañas nada más salir impreso lo que estos consideraban un disparate de uno de los grandes escritores, y aficionados al fútbol, de Galicia.
Ahora tengo motivos, muchos, para desearle a los aficionados del Real Madrid mucha suerte en sus vidas personales; pero es imposible que, además, les desee que ganen este partido. Esa sería una generosidad plausible, seguramente, para los seguidores madridistas, que ganen un Clásico de estas dimensiones, que son las dimensiones que siempre tuvieron partidos así: son los más esperados y son los más temidos, y siempre son distintos.
En esta época ya larga en que sufrí partidos así, desde Di Stéfano a Cristiano pasando por Raúl, siempre he sentido que el Barça iba a sucumbir; y por mucho que incluso madridistas me han dicho que el Barça va a ganar (también en esta ocasión) mi almacén de pesimismo y melancolía se prepara para que ocurra todo lo contrario. En esos días previos, lo confieso, me cambiaría por los aficionados madridistas, porque francamente siento como irremediable que triunfe su opción. Otra parte de mi alma, naturalmente, piensa (y quiere) lo contrario. Pero es más potente lo negro o lo oscuro de mis malos presagios. Por eso me resisto a los pronósticos; así que cuando los hago siempre es porque creo que de ese modo conjuro el miedo. Siempre doy el mismo resultado, además, 3-1 o 1-3, como es el caso del partido de esta noche en el que el Barça visita el temible coso del Santiago Bernabéu, que impone desde el imponente nombre del fundador del Real Madrid moderno. Y por eso soy escéptico no solo ante mis deseos y mis pronósticos sino ante las encuestas, que tan solo acentúan el fanatismo de mis nervios.
En el excelente y rítmico programa de Pacojó en la SER hicieron ayer una encuesta entre los oyentes; el 36% de los encuestados decía que iba a ganar el Barça; el 32% creo recordar que apostaba por el Madrid. La parte del sondeo que más me preocupó fue la que ya ajustaba datos con técnicas. En este caso, un porcentaje altísimo decía que el Barça lo tendría más fácil, en contra de la opción madridista, que alcanzaba un 9% de los que tenían fe en un resultado positivo. Que me perdone Pacojó. Yo no creo en los números, ni en los de la suerte. Depende de cómo llegue Messi, depende de cómo lo haga Keylor Navas. Depende de la suerte, palabra maldita: cuando la digo me acuerdo de las derrotas que lloro.
Que gane el mejor, claro, eso es lo único que se acerca a un pronóstico decente.