Los Laureus se empachan de tenis
La ceremonia de los Premios Oscar ponen el cierre a una semana en la que el deporte también entregó los suyos. Los Laureus no están tan implantados como los del cine, ni mucho menos, pero el pasado lunes ya cumplieron 20 ediciones. Un repaso a este periodo nos conduce a algunas conclusiones. La primera es la tendencia desmesurada a premiar al tenis. De los 20 galardones al mejor deportista masculino, la mitad han sido para la raqueta, con cinco de ellos para Roger Federer. En el femenino también domina este deporte, aunque aquí empata a siete con el atletismo. Si a estas dos categorías les sumamos las otras tres principales (equipo, promesa o revelación y reaparición), el tenis se mantiene igualmente en cabeza con 29 premiados, por 15 del atletismo, 12 del golf y 11 del fútbol.
En su descargo hay que decir que los Laureus, que nacieron en 2000, han coincidido con una época gloriosa del tenis, con Serena Williams, Nadal, Djokovic y Federer. Pero también ha brillado el fútbol con Messi y Cristiano Ronaldo, y ellos no han recibido ninguna distinción. Una explicación es la nula presencia de deportistas colectivos en los premios individuales, lo que habría penalizado también a ases universales de otras disciplinas como Tom Brady o LeBron James. Pero en 20 años tampoco se ha llevado nunca la estatuilla principal Michael Phelps, el más laureado en la historia de los Juegos. Como compensación a esa cantosa deuda se le dio un Laureus especial en 2013 para resaltar su gesta de Londres 2012. Con tanto empacho de tenis, el gran Phelps siempre fue olvidado para el premio gordo.