Ezpeleta tiene las claves
Afirmar que los encuentros con Carmelo Ezpeleta resultan interesantes sería quedarse muy corto. Merecen más bien la calificación de esclarecedores, no sabría identificar otra persona que tenga un mayor conocimiento que el suyo sobre el Mundial de motociclismo. Desde dentro y desde cualquier perspectiva, incluyendo la fundamental de unos pilotos a los que concede todo el protagonismo que merecen. Se reúne con ellos en cada gran premio, les escucha, comparten inquietudes y necesidades de modo que el organizador del campeonato pueda atenderlas en lo posible, que suele ser mucho. Básicamente porque Ezpeleta es un magnífico gestor para ante todo un hombre de las carreras, de las motos. Sólo así puede exhibir semejante sensibilidad con los deportistas.
Ezpeleta tiene las ideas muy claras y las defiende con contundencia, incluso con vehemencia en ocasiones. Sin embargo, ese carácter fuerte de Carmelo es determinante para poner en sintonía intereses de diferentes partes que no siempre coinciden, ejerciendo de hábil mediador entre deporte y negocio. Y estoy convencido de que la tarea es de todo menos sencilla. Ezpeleta lleva ya tantos años al timón de esa nave que cuando la mayoría van, él ya está de vuelta. Dirige así una compañía capaz de lograr lo que parecía realmente imposible: que el Mundial de motociclismo no sólo haya superado los avatares de la crisis sino que, además, se vea reforzado tras ella. Claro que no todas sus medidas son populares (la televisión de pago lo avala), pero su estrategia es la acertada indiscutiblemente.