¡Claro que NO fue canasta!
Antes de nada, he de decir que tuve el privilegio de disfrutar en el WiZink Center de uno de los mejores partidos de baloncesto que he presenciado en mi vida. Fue un espectáculo adictivo, de los que crean afición. Por eso me duele especialmente, como enamorado que soy de este deporte, que el trío arbitral manchase una final tan bella con el cúmulo de desatinos que acumularon en ese último minuto de la prórroga en la que se pusieron el mundo por montera hasta convertir la aplicación del Reglamento en una broma burda y deleznable. Empezaré por lo último y más trascendente. Que el trío formado por García González, Pérez y Jiménez Trujillo se atreviese a dar canasta en la acción de Tomic pese a tener los tres una repetición clarísima en vídeo que refleja que la acción de Randolph era legal, evidencia la mala conciencia por la acción anterior sobre Singleton que aumenta la gravedad de la decisión finalmente adoptada. El trío de marras apenas contempló un par de imágenes sobre la acción final, obviando todas las tomas que posteriormente han permitido contemplar la inexistencia evidente de la canasta. Huían de la realidad para limpiar sus castigadas conciencias.
En baloncesto no existe eso de ley de la compensación. Acumular un error sobre otro es gravísimo y se prefiere ser justo aunque vengas de una acción mal pitada. Claro que fue falta de Randolph sobre Singleton, pero que no olviden los seguidores azulgrana que el pase viene de una infracción de Tomic en el saque de fondo (tardó más de cinco segundos en soltar la pelota) y que Kuric corta en el saque de banda previo a la famosa jugada final saliendo casi un metro por la línea de fondo. Es decir, hubo varias infracciones acumuladas que el trío arbitral se comió con patatas, incluyendo la ya aceptada falta clara sobre Singleton. Pero lo que no puede ser es que el trío arbitral esté un par de minutos viendo en el Instant Replay lo contrario de lo que vimos el resto de los mortales. Hasta los compañeros de RAC1, muy poco dudosos con el Barça, reconocieron en su transmisión que era un “robo”. Y llueve sobre mojado. En la final del año pasado hubo una falta de libro sobre Taylor en la última jugada que hubiera dado el triunfo al Madrid. Van dos seguidas con el mismo beneficiado: el Barça. Eso sí, no comparto la idea del Madrid de salirse de la ACB. Eso es dar al eterno rival el gustazo de apartarte del camino. Quedémonos en la ACB, luchemos porque todo el mundo vea lo que ha pasado y en la cancha ganemos al Barça la Liga con todos los honores y para hacer justicia. Bajarse del barco les cargaría a ellos de razones y deterioraría la imagen del Madrid. Yo me quedo como El Quijote en el frente de batalla pegándome contra los molinos de viento, pero jamás huiría. Afrontemos la realidad por dura que sea.