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Los futbolistas deben tener su fe de errores

Historia de Danel

Carrusel se hizo eco el sábado de la historia de Danel, un muchacho que desde 2014 se trata de un cáncer en San Sebastián. Apasionado del equipo de su tierra, la Real Sociedad, entró en contacto con Claudio Bravo, el portero chileno que fue también jugador del Barça, y después conoció a otro portero, Gero Rulli, el actual guardameta donostiarra. Iker Marín, periodista de El Diario Vasco, divulgó su historia y Dani Garrido se hizo eco de ella en la primera parte del Carrusel, cuando descansa por un rato LaLiga. Como se dice en un célebre poema de José Hierro, "no he dicho a nadie que he estado a punto de llorar".

La vida entera

El encuentro de Danel con Gero y con otros jugadores de la Real fue decisivo para el ánimo del adolescente; lo contó su madre, junto a Danel, antes de que empezara el partido (Real, 3, Leganés, 0). Ahora Gero y el chico se envían mensajes, él es bienvenido a los entrenamientos, y todo lo que sucede con ese portero y con el equipo forma parte de la vida de Danel. Conozco una historia parecida, de un chico al que el fútbol salvó de la incertidumbre de la salud en su infancia. El fútbol te da moral y expectativa. La madre de Danel, Izaskun, le contó a Garrido: lo que Gero y la Real le han dado al chico no lo da la medicina.

Ejemplo y errores

El fútbol no es sólo gritos y faltas, pasiones y enconos. Es esa historia, por ejemplo, que comienza en la infancia y ya marca toda la vida. Por eso es imprescindible que los futbolistas de élite, como Gero, como Messi, como tantos, como Sergio Ramos, por ejemplo, tengan en cuenta esa dimensión social y cultural de sus hechos. Un mal gesto, es decir, un mal ejemplo, de uno de esos héroes magnificados por la imagen de la televisión y de las redes sociales, impacta en los chicos (y en los grandes) de manera dramática, para bien y para mal.

La falta de capitán

Por ejemplo, ese gesto ambiguo de Ramos, que es el capitán del Madrid, cuando buscó una tarjeta en Ámsterdam, no es una gracia que reclame perdón como si fuera un guiño adolescente. Él es el capitán del equipo más importante de la historia de la Champions, cada uno de los gestos tiene repercusión no sólo en los resultados sino en los muchachos que lo están viendo. Su confesión y luego su rectificación no son travesuras de un chiquillo: son malos ejemplos para los chiquillos. El fútbol es distracción y ejemplo, no representa una ficción sino un espejo. A Ramos también le vendría bien una fe de errores.

Diego y el Principito

Hay goles sencillos y rocambolescos. Eso dijeron el sábado en Carrusel del que marcó Griezmann al Rayo. En efecto, fue un gol marcado por lo menos en tres tiempos, como ese penalti que erró Messi ante su amigo Masip, que fue capaz de pararlo dos veces. Me fijé en algo más con relación a ese gol del Principito: una vez marcado con tanta parafernalia, todos sus compañeros fueron a acompañarle en la celebración. Fue también un barullo rocambolesco al que se sumó el otrora goleador, Diego Costa. Éste golpeó en la espalda a Griezmann para que reparara en que él también había ido a felicitarlo. Como un niño.

Valverde y dios

La renovación de Valverde en el Barça no ha sido celebrada como se debe. Hubo mucha controversia sobre la posibilidad de que no siguiera al frente del equipo. El banquillo azulgrana ha pasado, sucesivamente, por la revolución de los modos y por los modos tranquilos, y Valverde, artista de la fotografía y por tanto amigo de la paciencia, es una persona a la que, en el banquillo, se le ve cada sentimiento, pero es tranquilo como un maestro. Dani Garrido dijo ante el micrófono. "Para mi es un dios". Un dios tranquilo, eso es. Me alegra que espíritus así estén al borde de la cancha.

La Frase

"Estos días azules y este sol de la infancia"

Antonio Machado, poeta, muerto hace ahora 80 años en el exilio en Colliure