La Liga de Campeones es aquel objetivo hecho obsesión en Paris Saint Germain, el trofeo más importante desde que el accionariado catarí tomó las riendas del club. Hoy, tras algunos errores de casting, el PSG parece haber encontrado en Thomas Tuchel al hombre perfecto. Directivos y aficionados ven en el estratega alemán aquel líder que puede posicionar al club francés en lo más alto de la escena europea.

Tuchel llegó a Paris sin hacer mucho ruido, pero con antecedentes de minucioso, exigente y muy estricto en el aspecto táctico, también con cierto escepticismo por cómo podría manejar aquel grupo complicado en el que la batalla de egos le generaría algunos problemas.
Hoy, gracias a su trabajo, rigidez cuando es necesario y una excelente gestión del grupo, el alemán ha sabido ganarse el respeto y aprecio de la plantilla. Para Tuchel, no todo pasa por el aspecto futbolístico: también ha sabido generar una buena atmósfera interna. A él se le atribuye la unión del grupo, la buena relación con sus dirigidos, la capacidad de apelar a su experiencia y de ser una figura paternal cuando es necesario y hasta un amigo más. Su presencia en el cumpleaños de Neymar es un indicativo, algo que no lograron Laurent Blanc ni Unai Emery.

El proyecto del París Saint Germain otorgaba un plazo de 5 años para instalarse en la categoría de los grandes clubes del mundo. La liga francesa no es una competición top como lo puede ser la Premier, la Liga, la Serie A o la Bundesliga. No obstante, este PSG invita a soñar, tiene razones para ilusionarse. Sin Neymar ni Cavani, el club de la capital ha dado un paso bastante importante en octavos de la mano del guía esperado, del hombre que llegó sin la reputación del técnico top, pero que ahora, en virtud de su manejo grupal, es la persona ideal para darle a un equipo de la Ligue 1 el prestigio que siempre esperaban.