Este Madrid juega a otra velocidad

El Madrid prosiguió en Cornellá con su propósito de enmienda y celebró una actuación inapelable con grandes dosis de fútbol y de actitud. Juega a otra velocidad, nada que ver con el ritmo amodorrado de hace apenas un mes. La circulación viva de balón, con Modric de vuelta y un Benzema expansivo (58 pases con un 93% de precisión), mejor que nunca, es el síntoma más importante de la rehabilitación, pero esta nueva disposición se traslada a todos los capítulos del juego. La activación tras pérdida contra el Espanyol resultó significativa y plagió la postura que ya había adoptado ante el Sevilla y el Girona.

En los dos inicios de cada parte encarpetó al Espanyol con un bloque muy organizado, vehemente y solidario. Los de Rubi se tuvieron que resignar a realizar desplazamientos en largo (49 en total) y apenas traspasaron la medular en contadas ocasiones, sólo si el Madrid le dejaba algo de aliento. Dos de los cuatro goles madridistas nacieron en acciones de presión previas (ver imagen inferior). El empuje de Lucas Vázquez fue mayúsculo. Hasta el mismo Benzema, asociada su figura muchas veces con razón a cierta indolencia, ha digerido el mensaje y se afanó en la recuperación. Desde esta energía física el juego del Madrid crece en cada partido. Lo visto son más que simples brotes verdes.

Todos a una

Pérdida de Carvajal en ataque y el lateral rápidamente sale a cubrir la incursión de Dídac. Casemiro y Varane cierran los pasillos a su espalda. Carvajal roba y origina el primer gol de Benzema.

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