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Angelici debe saber cuál es su lugar a partir de ahora

En Boca empezó un año nuevo pero las cosas cambiaron poco. La llegada de Nicolás Burdisso como director deportivo, apoyado en la figura de Aníbal Matellán, hacía pensar que el presidente de Boca, Daniel Angelici, daría un paso al costado por primera vez en sus dos mandatos como máximo mandatario del club. Pero eso no fue así.

La llegada de Gustavo Alfaro fue pura y exclusivamente decisión de Burdisso, que se opuso a la opinión de Angelici. El presidente quería que fuese Antonio Mohamed el elegido y así lo planteó ante la comisión deportiva. El ex jugador de Boca convenció al presidente con argumentos futbolísticos pero al presidente le costó dar el brazo a torcer. Fue el primer problema que se presentó en el nuevo ciclo.

Hace pocas horas, Daniel Angelici salió a hablar ante la prensa, repasando la actualidad del club pero sobre todo hablando sobre el mercado de pases del club, algo que debería ser campo exclusivo del director deportivo.

Es cierto que el presidente tiene que aclarar situaciones como las de Nández, Barrios o Balerdi, jugadores que pertenecen al club y pueden salir, pero el acto de declarar sobre las posibles llegadas (Mancuello, Gaitán, Marcos Díaz, Campuzano), puede entorpecer la labor de la dirección deportiva.

El hecho de hacer público el interés por un jugador puede hacer que el precio suba, que otros equipos se interesen, complicar la situación. El presidente no puede salir a explicar en todo momento cómo van las negociaciones, es algo a lo que se acostumbró desde que asumió en Boca y que trajo más problemas que soluciones.

Angelici debe dar un paso al costado y saber cuál es su situación y lugar en el club durante su último año de mandato. La decisión de contratar a un director deportivo debe ser consecuente y tiene que darle toda la responsabilidad que se merece.