Lo de Isco no huele bien
Está el malagueño en su papel. Sonrisa falsa cada vez que sale de la ducha ante los periodistas sin haber jugado y declaraciones amables como las que ha hecho a Deportes Cuatro...

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Podrá decir Isco lo que quiera o estime oportuno. Faltaría más. Él, hombre de moda en el fútbol español hace sólo unos meses, la llave con la que Zidane ganó en el once sus dos Copas de Europa e indiscutible en la selección, el gran damnificado por la llegada de Solari. Está el malagueño en su papel. Sonrisa falsa cada vez que sale de la ducha ante los periodistas sin haber jugado y declaraciones amables como las que ha hecho a Deportes Cuatro. Pero nada podrá esconder que su situación no huele nada bien. Isco es un valor de la entidad, un activo más que importante, y lo que está pasando con él habla a las claras de que, muy probablemente y no sabemos bien por qué, no entra en los planes futuros del Madrid.
Puede que el motivo se llame Hazard. Hay que preparar una buena talegada para traer al belga o por si el Fair Play Financiero pone a tiro a Mbappé, porque a Neymar se le considera un jugador demasiado díscolo. ¡Ay de la oportunidad perdida de traer al francés hace dos veranos! Entonces costaba alrededor de 200 millones y ahora puede valer cien más. Poco importa eso a Isco. Al malagueño lo que le importa es que se ha visto condenado al ostracismo por un técnico recién llegado y sin bagaje alguno en los banquillos. Y al que no se le habría ocurrido hacer eso con él, ni por asomo, si no tuviera el apoyo de la entidad. Algo no huele bien para Isco, por mucha sonrisa que ponga.



