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El Atlético preparó a Lucas para lo que parece no quiere ser

"Si tengo que irme porque un proyecto me interesa más, me lo plantearía”. En el Metropolitano no dejan de frotarse los ojos con Lucas. Tras el movimiento de Gil Marín con el Bayern, se daba por hecho que llegaría una respuesta del defensa a través de un interlocutor amigo. En ese sentido el Atlético se doctoró con la penúltima renovación de Griezmann. Entonces, al mismo ritmo que se acercaban posturas, en paralelo, el francés iba mandando mensajes para presionar. Se acentuó nada más poner un pie en su país. Lo curioso del caso es que a Antoine, por encima de todo, le acabó seduciendo “el proyecto”, cierto es que aceptó a ser la guinda del mismo a cambio de un esfuerzo económico sin precedentes. 

Griezmann abrazó ese proyecto como suyo llegando de fuera, pero en el caso de Lucas se le ha ido preparando desde niño en la casa con mucha paciencia, mimo y una más que generosa mano izquierda. Técnicos como Santi Expósito y otros tantos del fútbol base colchonero orientaron sus primeros pasos, extendiéndose a veces más allá de los límites de un entrenador-educador por la particular situación familiar de los hermanos Hernández. Pero en Lucas todos coincidían en identificar a un futuro capitán del Atlético, de hecho lo fue prácticamente desde que llegó en alevines. Incluso se miró para otro lado cuando llegaron algunos episodios de díscolos alborotos, entendidos como el mal menor, como parte de la racial potencialidad del diamante en bruto. 

Y quemó etapas a un ritmo frenético para que el club depositara su última etapa de formación en manos del mejor tutor. Simeone ha invertido muchas horas en Lucas. No han sido pocas las veces en las que se les ha visto juntos, en una clase magistral del técnico para modelar a uno de sus grandes proyectos. Ahora eso último es precisamente, a juzgar por su palabras, lo que no tiene claro el defensa y lo que está incendiando a una afición que aún le recuerda en Lyon, tras ganar al Marsella, golpeándose con furia el pecho, en la parte del escudo. Incluso Gil Marín le otorgó galones en aquella reveladora foto en la que el consejero delegado y Berta aparecían junto al defensa Griezmann y Lemar. Pero o no captó el mensaje o éste ha perdido fuerza o alguna otra motivación ha aparecido que le ha desviado del sentimiento que sí parecía tener hace pocos meses…