Siete años ya con el Cholo Simeone...

El Cholo Simeone cumple ya siete años al frente del Atlético. No es un dato baladí. Rarísimos son ya los casos de tanta pervivencia de un entrenador, y más raros aún aquellos en los que un hombre haya tenido tanta influencia en la vida de un club. Llegó a un Atlético invadido por el pesimismo, que empezaba a reconocerse en una imagen de romántico perdedor un tanto literaria que no casa con su historia, y cambió ese designio. Partido a partido ha hecho del Atlético el cuarto club en el ranking UEFA, cuando sólo es el 13º en el presupuesto. Y eso que también ha hecho crecer mucho al club en este apartado, porque victorias traen ingresos.

En torno a su impulso moral, y con la gestión de mucha gente buena que tiene el club, empezando por los que lo dirigen, todo ha crecido en el Atlético estos siete años. Ese crecimiento lo simboliza más que nada el flamante Wanda Metropolitano, una casa estupenda para un club estupendo. Vivimos tiempos en los que el Atlético ha sido capaz de lo impensable, como retener sucesivamente a Koke y a Griezmann, seriamente tentados por el Barça. No hace mucho los jugadores estaban de paso por el Atlético, queriendo irse a cualquier sitio. Ahora entienden que es un lugar bueno para estar, por convivencia, por títulos y... por dinero.

Y, de repente, un problema amarga esta celebración: Lucas Hernández está en lo que parece más que un serio coqueteo con el Bayern. Un contratiempo inesperado, que pone de relieve lo delicado que es el manejo del fútbol. Retener a Griezmann supuso un esfuerzo económico tremendo. Al elevarle tanto, unos cuantos jugadores se han puesto en la cola para pedir aumento y no hay para todos. Hoy día ni siquiera se pueden hacer disparates en caso de pretenderlo, porque LaLiga no deja, y de eso sólo se ha escapado el Reus, aún no sé cómo. Lucas, gran central, es la única sombra en estos días felices del séptimo aniversario del cholismo.