Salvar al soldado Isco

Florentino Pérez puso ayer en marcha la operación. Cuando, en el tradicional almuerzo navideño, el presidente se acercó a darle cariño y a sacarle una sonrisa a Isco, estaba dejando claro que el club apuesta por recuperar anímicamente al jugador. No quiere que se enquiste un problema con uno de sus mejores futbolistas, fundamental en los triunfos de las últimas temporadas. Solari, el técnico madridista, ya sabe que tiene que cambiar el palo por la zanahoria. Su postura de fuerza con el malagueño, por mucho que éste le pueda haber tratado con desdén, sólo podía conducir a debilitar el valor de una plantilla ya de por sí bastante disminuida. No hay que disculpar a Isco por sus gestos hacia el público del Bernabéu, la tesis de que se dirigía al juez de portería quedó totalmente desmontada por la imágenes de El Golazo de Gol, pero ese arranque de rabia no puede conllevar la condena definitiva que algunos quieren imponerle.

En el deber del entrenador está el administrar bien los recursos que tiene en el vestuario y, en este caso, los ha gestionado bastante mal. ¿Acaso puede permitirse el Madrid prescindir ahora de Isco? ¿Hay alguien de mayor calidad que el malagueño en la plantilla actual? No lo creo. Por otra parte, una cosa es dar oportunidades a los jóvenes y otra salir en un partido de Champions con Javi Sánchez, Vallejo, Valverde y Llorente en el equipo titular. Eso es una hipérbole que ni Solari puede permitirse.