Un River-Boca es un River-Boca

Confieso que soy de los que siente esta final de la Libertadores como una usurpación a los argentinos de lo más sagrado que tienen. De repente, su histórica final River-Boca es nuestra final River-Boca. Los que seguimos desde siempre el torneo en España hemos cogido el vicio de ir con ojeras a trabajar. El fútbol sudamericano engancha, créanme. Esta era la final que culminaba su pasión, también la nuestra. Por eso nos ponemos en su piel y sabemos el sonrojo que supone que les quitemos la Copa, principalmente porque los culpables son una serie de personajes que avergüenzan a los argentinos, a ellos los primeros.

Pero hay un River-Boca que jugar y será en un estadio Champions, en una ciudad maravillosa y una atención mediática aún mayor de la que tendría al otro lado del Atlántico. La CONMEBOL trata de 'europeizar' la Libertadores y el fútbol sudamericano en general. Es un buen propósito como negocio, pero uno mucho más complicado como cultura. Argentina vive el fútbol de una manera y Europa de otra; Sudamérica tiene su Libertadores y no necesita su Champions. Difícil de entender en el Viejo Continente. Imposible ante un partidazo como el que se viene...