Busquets, Isco y los fantasmas
Pues nos hacía ilusión estar en la primera final a cuatro de esta Liga de Naciones, competición que mola porque los partidos no pierden el interés al no haber el carrusel de cambios de los amistosos en los segundos tiempos. Aún puede España ser primera si Inglaterra y Croacia empatan el domingo en Wembley, pero después del magnífico arranque que tuvo Luis Enrique con La Roja, en los dos últimos partidos han reaparecido vicios y han regresado los fantasmas de las últimas decepciones. Nadie dijo que fuera a ser fácil la transición, pero tenemos la sensación de estar ante la Selección de los 80 y los 90, esa del quiero y no puedo. Y con el recuerdo fresco de cuando fuimos campeones en 2008, 2010 y 2012 somos muchos más exigentes aún que lo éramos en esas décadas de Cuéntame.
Es inevitable comparar los jugadores actuales con los que crearon aquel equipo de campeones. No deberíamos hacerlo porque los actuales quedan mal en la comparación. Es cierto que Isco ha bajado su rendimiento de manera preocupante desde su operación de apendicitis y ayer no estuvo a la altura. Aún así, Luis Enrique le mantuvo en el campo. Sergio Busquets también ha pegado un bajón y España lo nota. Surgieron dudas en los delanteros porque fue el peor partido de Rodrigo Moreno y Aspas con España y Álvaro Morata no fue el revulsivo que buscaba el seleccionador como tampoco lo fueron Suso y Asensio, quien tampoco tira del carro en la Selección. Se echó en falta el instinto goleador de Alcacer. Y De Gea no es decisivo con España. Luis Enrique debe espantar los fantasmas.