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Vinicius le puso cara al cambio de suerte

Será verdad que la suerte existe, porque de repente, jugando igual de mal que antes, el Madrid gana. Los tiros al palo ahora no son los suyos, sino los que le hacen a él, y hasta abre el marcador con un autogol del rival, cuando más apretaba la cuerda. Con eso y con un penalti muy al final, el Madrid se quedó los tres puntos, pero con lo mismo que ocurrió bien pudiera haber perdido y estar ahora hecho escombros, con Solari achicharrado a los cuatro días de llegar. Esta victoria da vidilla y así Florentino podrá seguir apoyado en Solari mientras encuentra alguno que acepte ese banquillo con ribetes de silla eléctrica que va ofreciendo por ahí.

La alineación no tuvo novedades respecto a lo que venía haciendo Lopetegui: Bale-Benzema-Asensio como presunta delantera; Modric-Casemiro-Kroos en la media, con Isco a la espera; atrás, los que había, dadas las lesiones; en la puerta, Courtois. Ese equipo se estrelló durante todo el primer tiempo con un Valladolid que se cierra formidablemente bien. Fue un primer tiempo espeso, que sólo alegraban las constantes subidas de Odriozola y Reguilón. Los demás estuvieron espesos, en especial Bale y Asensio, como viene ocurriendo. Bale se llevó una fuerte pita en un saque de banda precipitado, directo a las manos de Masip.

El primer cambio fue, sorpresa, Casemiro, que se fue con mala cara. Bien que entrara Isco pero, ¿por él? Luego saltaron Lucas y Vinicius por Asensio y Bale. El partido quedó dibujado de otra manera, sin medio campo, como una especie de correcalles a ver qué pasa. Pasó que el Valladolid pegó dos remates al larguero y que gracias a eso aún estábamos empatados cuando un tiro de Vinicius a ninguna parte pegó en Kiko Olivas y se coló. Vinicius, que cantó el gol como si fuera suyo, le puso cara al cambio de suerte del Madrid. Tanto que cuando llegó el penalti muchos pidieron que lo tirara y recriminaron a Sergio Ramos hacerlo. Tampoco es eso.