El Madrid no cambia la reflexión
La osadía de Vinicius y un golpe de fortuna asearon al Madrid en otra tarde que parecía destinada al mismo desenlace de gatillazos anteriores. El resultado empuja la candidatura de Solari y da aire al conjunto blanco, pero la secuencia del partido invita a una reflexión distinta. Otra vez careció de volumen de juego, achispado únicamente por las incorporaciones de Odriozola y un vistoso Reguilón. Tampoco controló el ritmo del partido y se descabezó ante un Valladolid notable como viene siendo toda la temporada. Se jugó a lo que quiso el equipo de Sergio durante muchos minutos, suelto en la salida y con mordiente en las transiciones. Los últimos 15 minutos del primer tiempo y los siguientes 15' tras el descanso reguló la posesión (55,7%) y rondó a menudo la portería de Courtois, bien escudado por el larguero todo el encuentro.
Solari todavía no ha podido arreglar los desperfectos del Madrid en la generación de fútbol ni su desprotección entre líneas. Como le agrada al técnico argentino se proyectó por fuera. El 64% de sus ataques fueron por los lados. Sobresalió Reguilón, con gran tino en los centros al área (nueve en total). Fue por ahí donde alcanzó cierta fluidez ofensiva al no acompañarle la partitura quebrada de Modric y Kroos, lejísimos de su nivel. Sin balón estuvo a merced del pulso creativo del Valladolid. A excepción del inicio, el conjunto pucelano encontró pases sencillos para desplegarse por dentro y por los costados. El Madrid no supo desactivar el avance ni con Casemiro primero ni con el 4-2-3-1 después. El resultado no debería camuflar los errores blancos como tampoco puede oscurecer el partido del Valladolid. Solari, sostenido por el valor de Vinicius y la suerte como compañera, tiene mucho trabajo por delante.
Descompensado
Leo Suárez se intercala entre Modric y Casemiro y tiene tiempo para filtrar una asistencia medida hacia el desmarque de Antoñito, que traza un movimiento desde el otro lado sin que ningún defensa del Madrid repare en él. Odriozola rompe el fuera de juego, pero Antoñito falla en la picada sobre Courtois.