Varapalo. Perdió el Atlético y lo hizo por un resultado que no mereció. Fue demasiado castigo por lo ofrecido por uno y otro equipo. Los del Cholo dispusieron de muchas ocasiones, recuerdo un palo de Saúl, otro de Correa, otra ocasión de Griezmann, una más de Saúl... Y si no marcas goles no puedes ganar. Al Atlético le cuesta horrores hacer un gol y ante rivales de entidad eso se paga. Y muy caro. Lo peor es que el equipo de Simeone tiró la toalla en la recta final del partido, justo lo que no suele hacer nunca. Hay derrotas que duelen. Y la que sufrió el Atlético en Dortmund es una de ellas. El prestigio cuesta mucho ganarlo y poco perderlo. Y los rojiblancos se lo dejaron en este encuentro. Aunque es cierto que fue demasiado castigo para los méritos de los dos equipos.
Dolorosa. No anda muy sobrado de confianza el Atleti y se notó cuando encajó el 2-0. La derrota no supone para el Atlético un gran problema de cara a la clasificación, aunque sí resultó dolorosa porque un 4-0 no es un resultado que esté acostumbrado a recibir el Atleti. Hay que apretar los dientes y admitir también que habrá que sufrir mucho si el equipo quiere estar en la final del Wanda Metropolitano. No obstante, mejor el palo gordo ahora que más tarde. El 4-0 es una advertencia de cara al futuro.
Velocidad. El Borussia le cogió al Atlético en varias contras y mató el partido de esta manera. La velocidad fue decisiva entre los dos equipos y el Borussia sí supo jugar este partido. En la previa los jugadores locales admitieron que deberían tener paciencia y la tuvieron. Supieron aprovechar sus momentos y se llevaron el encuentro delante del júbilo de su hinchada.
Ambientazo. Hubo lleno en el estadio del Borussia, en el Signal Iduna Park, con un ambiente de gala, de los grandes partidos. En Dortmund existía mucha curiosidad por ver al Atlético, después de tantos enfrentamientos con el Real Madrid. El equipo de Simeone se ha ganado mucha fama en Europa y en Alemania también es un conjunto respetado. Se llenó el estadio y la hinchada del Borussia apretó. Es una de las más animosas de la Bundesliga y a fe que lo es. Impresiona el estadio. Lo hace por lo que supone para la gente de Dortmund su equipo. Es una fiesta y acuden todos en masa. La ciudad no es precisamente de las más bonitas de Alemania, pero hay una gran liturgia alrededor de este equipo. Al final del partido los jugadores del Borussia dieron la vuelta a todo el campo agradeciendo el apoyo de su hinchada.
Los españoles. Quizá por ello acudieron muchos seguidores del Atlético. A mediodía era complicado encontrar un restaurante en la ciudad en el que no hubiera españoles almorzando. Vinieron de todas las partes del país. Los hay de siempre y de nuevo cuño, como los integrantes de la peña Nuevo Metropolitano que tan bien se lo pasaron en la víspera del partido. Para las peñas de Alemania, el partido fue especial y diferente. El Atlético se alojó en Düsseldorf y para los miembros de esta asociación, la llegada del equipo rojiblanco fue algo histórico. Al final no pudieron disfrutar con una victoria y sus caras reflejaban la amargura de la derrota. Aunque desde esa esquina siguieron animando pese al 4-0.
Peñas. Este sábado el Atlético rinde homenaje a sus peñas, en el encuentro ante la Real Sociedad. Pese al varapalo sufrido, se llenará el Wanda Metropolitano, estadio que poco a poco intentará tener ese alma que sí posee el Signal Iduna Park. Si en Champions hubo fiesta por todo lo alto en Dortmund, seguro que el sábado se vivirá en Madrid. El resultado de Champions no debe empañarla.
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