Asensio tiene que espabilar

Cuando un equipo tiene una racha tan pésima de resultados, señalar sólo a un futbolista no es justo, pero cada uno tiene que asumir su cuota de responsabilidad. Y Asensio tiene que dar un giro radical a su actitud y a su rendimiento en el campo si no quiere colgarse el cartel de eterna promesa. El año pasado torció el gesto con razón porque jugaba menos de lo que su fútbol merecía, pero ahora es titular casi indiscutible y tiene que responder como tal. Su evidente potencial de crack no le servirá si no da un paso al frente y empieza a espabilar. No se puede permitir desaparecer con tanta frecuencia de los partidos ni tener alguna actitud equivocada como la desgana con la que salió al campo en Mendizorroza frente al Alavés.

El mallorquín se tiene que convencer de que ser muy bueno no es suficiente para convertirse en un crack de referencia mundial. Para hacer historia hay que ser buenísimos, pero también tener una personalidad ganadora, una ambición desmesurada y la competitividad del que no quiere perder ni en las pachangas de entrenamiento. Asensio tiene de serie lo más difícil: clase a raudales y un físico privilegiado. Lo demás es cuestión de trabajo y sacrificio; sería una pena que se conformara con quedarse simplemente en un buen jugador cuando atesora todas las condiciones para ser un grande. Es joven y está a tiempo para rectificar, pero en el Madrid con la calidad no es suficiente para sentirse indiscutible y solicitar tratamiento y sueldo de megacrack