La inacción de Ramos y Nacho con Kane
Inglaterra acabó de un plumazo con la euforia lógica que portaba la nueva era de Luis Enrique. Fue un batacazo inesperado de una España destartalada en defensa y ausente de toda tensión durante el primer tiempo. Southgate planteó el partido para averiar en las transiciones a la Selección y el combinado inglés administró cada contragolpe con mucho sentido. España nunca desistió en su empeño de presionar arriba, pero las grietas fueron muy evidentes. Inglaterra tuvo una salida directa con la posición de Harry Kane entre líneas. Nacho y Ramos no escoltaron sus movimientos y el delantero pudo jugar con comodidad por dentro. Los dos centrales dimitieron de sus funciones. Busquets también estuvo descolocado en todo los registros y no ayudó a la causa. El daño estaba hecho.
Kane, un futbolista completísimo casi mejor fuera que dentro del área, giraba y encontraba los desmarques de Rashford y Sterling a la espalda de Jonny y Marcos Alonso, posicionados muy altos. La desventaja de los laterales españoles por la velocidad inglesa constituyó la otra dificultad ante la que España se cuarteó. Inglaterra no requirió de minuciosidad en las entregas (apenas tuvo un 77% de acierto en el pase) y su percepción vertical del juego engrandeció su pauta ofensiva. Con tres disparos a puerta delató la debilidad defensiva de una España cuyo impulso en la segunda parte sólo retocó su figura.
Barra libre para Kane
Balón largo de Pickford para Kane. Nacho no quiso salir para controlar a Rashford al estar Jonny muy adelantado. Ramos tampoco siguió al delantero, que recibió solo y con tiempo. Fue el origen del primer gol de Sterling.