Idiákez queda muy señalado

El Real Zaragoza ya encadena cinco partidos sin conocer la victoria. Dos puntos de quince posibles que ponen todas las miradas sobre Imanol Idiákez. El técnico, como es lógico, no es el único culpable, pero lo que es innegable es que no ha sabido aprovechar la herencia de la pasada temporada y que ya acumula varias decisiones en la elección de jugadores bastante discutibles. Las últimas, en Soria. Soro apuntaba a titular ante las bajas de Marc Gual y Papu e Idiákez se decidió por James Igbekeme en la mediapunta. Al nigeriano, que brilla especialmente en el ida y vuelta, no se le vio especialmente cómodo en esa posición. A ello hay que sumar la sustitución de Eguaras en el descanso. ¿No sería mejor, si el mediocentro navarro no está en plenas condiciones físicas, como es normal tras una pubalgia, que saliera en la segunda parte, cuando el rival está más cansado y la presión no es tan asfixiante?

Al margen de nombres, el Real Zaragoza tiene un serio problema con balón. Si el rival se cierra atrás, mal; si presiona, también mal. No hay líneas de pases, no hay plan B y en la primera parte de Los Pajaritos ni siquiera había un mediapunta que pudiera filtrar un pase entre líneas. Y había tres sanos en la plantilla. Es cierto que el equipo aragonés mejoró en la segunda parte, que el gol del Numancia llegó tras un penalti tan desafortunado como riguroso y que las lesiones se están cebando desde el primer día, pero el Zaragoza lleva cayéndose desde la goleada en Oviedo y no hay signos de reacción.

Idiákez tiene por delante dos partidos en La Romareda, el de Copa contra el Cádiz y el del Liga frente al Tenerife, para encontrar soluciones y revertir la situación. Ya son cinco partidos sin ganar y no hay nadie más débil que un entrenador que no gana partidos.