En los tres partidos que lleva Luis Enrique sólo han repetido en el once tres jugadores: De Gea, Saúl y Sergio Ramos. De Gea lleva doce partidos seguidos con España, incluidos los tristes cuatro del pasado Mundial. Desde Zubizarreta no se recordaba un portero que lo jugara todo, porque Casillas cedía la plaza en los amistosos. Lo de Saúl también es notorio, porque ha pasado de no jugar un solo minuto en Rusia 2018 a convertirse en uno de los tres fijos de Luis Enrique, que le tiene una fe ciega. El tercer intocable es Sergio Ramos. El capitán sumó ayer su partido 159 con España y ya está a sólo ocho internacionalidades del récord absoluto de Casillas. Es muy posible, casi seguro, que el sevillano se convierta en el jugador con más partidos con España antes de que acabe la temporada.

Además de los citados, merecen mención Isco y Carvajal, que habían sido titulares en los dos primeros partidos de Luis Enrique y que probablemente lo hubieran sido también ayer de no estar lesionados. Por lo tanto, si sumamos los unos y los otros (los cinco citados) y añadimos a los que están en un estado de forma sobresaliente (especialmente Marcos Alonso, Iago Aspas y Alcácer) o a los indispensables (Nacho y Busquets singularmente) ya tenemos el bloque de la España de Luis Enrique. El asturiano ha puesto los pilares. Ahora los que quieran ser titulares van a tener que empujar mucho. Son los casos de Asensio, Koke y Morata. Y ni qué decir de los que ni siquiera están. Diego Costa va a tener que marcar muchos goles para volver. Los mismos, si no más, que tendrá que salvar Íñigo Martínez.