El catastrofismo es una plaga

En mi cuenta de Twitter, esta apasionante pero a veces nociva red social, he fijado hace ya tiempo un tweet en primera posición con una foto y una frase del inmenso poeta y cantante belga Jacques Brel. Así que cada vez que abro mi “timeline” su mirada y sus palabras me ayudan a relativizar lo que me rodea, tanto en mi trabajo como en mi historia personal. La cita es la siguiente: “Vivir no es algo serio, ni grave. Es una aventura, casi un juego. Hay que huir de la gravedad de los imbéciles”. Así que el catastrofismo que ha invadido a cierta parte de la afición del Madrid y a la mayoría de los comentaristas de los medios de comunicación, sobre todo televisivos, me parece totalmente fuera de lugar. Además de injusto y ridículo. Primero porque no estamos tratando de cirugía neonatal, de lucha contra el terrorismo o de macroeconomía. Sino de un simple deporte dónde se trata más o menos de poner una pelota dentro de una portería sin tocar con las manos.

Y segundo porque no se puede machacar a un entrenador que todavía está empezando en el banquillo más complicado del mundo, y a un equipo que está sufriendo varias bajas importantes, cuando el Madrid es colíder de la Liga. Es decir en una situación mucho mejor que hace un año en la misma época. Y cuando la clasificación para los octavos de final de la Champions no está en ningún caso en peligro. Un poco de cordura y de paciencia no vendría mal pero son valores que ya no están de moda. La exageración se ha apoderado del lenguaje, el catastrofismo se ha convertido en una plaga.