Lo de Jordi Alba deja mal a Luis Enrique
Vi a Jordi Alba en Wembley y, como todos, admiré su juego, su forma, su entusiasmo, su calidad. Aparte de ser el mejor socio de Messi, es un lateral izquierdo de tronío, con un plus de visión y velocidad sobre las condiciones necesarias para cumplir a alto nivel en el puesto. Sin embargo, no está en la Selección. Vuelve a faltar en esta segunda lista de Luis Enrique, en la que hay dos laterales izquierdos y medio, Marcos Alonso, Gayá y Jonny. Dos y medio, sí, lo que suena a exceso para disimular la llamativa ausencia del titular natural, Jordi Alba, que venía ocupando la plaza desde tiempos de Vicente Del Bosque, siempre cumpliendo bien.
Me gusta todo lo que está haciendo Luis Enrique menos esto. Y se le nota inseguro en ello. Cuando le preguntaron por Jordi Alba, dijo que no hablaba de jugadores que no están en la lista (¡...?). Pero luego le preguntaron por Joaquín, tan querido por todos, pero que perdió la estela de la Selección hace más de diez años, y ahí sí se empleó, con los debidos, oportunos y merecidos elogios al ídolo bético. Cuando alguien le hizo ver la contradicción de esa respuesta con su previo “no hablo de jugadores que no están en la lista”, se escapó diciendo que la próxima vez lo haría mejor. Y sí, se puede hacer mejor. Ayer lo hizo mal.
Lo feo de este asunto es la sensación ominosa de que Luis Enrique ha trasladado a este su nuevo trabajo como seleccionador cuitas que traía de antiguo con Jordi Alba. Hubiera sido tan generoso como inteligente olvidarlas. Quizá esto fuera menos grave si el tantos años propietario de ese puesto en la Selección estuviera decadente, o en baja forma, bacheado por lesiones o algo así. Pero Jordi Alba está como una moto, tanto que Luis Enrique no se atreve a decir, como bien podría, o hasta debería, que le parece que son mejores Marcos Alonso, Gayá y Jonny para esa demarcación. Pero no lo dice y disimula la verdad en muecas vanas.