Desde el punto de vista médico, la única explicación que a personalmente me viene a la mente es que se trata de un jugador que sabe gestionar perfectamente su estado físico y, ante la más mínima señal de alerta por parte de su organismo, cesa automáticamente en el esfuerzo para evitar que la lesión sea de mayor envergadura y tenga que estar más tiempo de baja deportiva. Estas actitudes pocas veces son las más beneficiosas para el equipo.