La increíble sensación de sentirse respetado
“El Espanyol juega bien”. La frase ya ha calado entre los aficionados al fútbol. El entorno futbolístico se está encargando de inyectar a los españolistas una sensación desconocida hasta el momento. Se lo hemos podido escuchar a jugadores, técnicos, analistas, periodistas y a amigos en cualquier conversación de barra de bar. Nos tienen respeto. Y eso se siente o no se siente.
Este inicio de temporada está lleno de pequeños detalles que nos están ayudando a repasar una de las grandes lecciones de la vida y que, a su vez, nos dan a entender por qué al Espanyol se le respeta: cuanto más se cree en lo que se hace, más respeto se consigue.
En el partido ante el Eibar pasó desapercibido un detalle de esos que, sin ser determinantes en el largo plazo, van haciendo poso en el sentir general y refuerzan más aún todos esos porqués que están llevando al Espanyol a ser un equipo respetado.
El equipo andaba atascado ante un impetuoso Eibar y Rubi decidió que su apuesta para el tramo final de partido sería Hernán Pérez. Cuando el paraguayo estaba a punto de salir, anotó Hermoso. En ese momento, las cámaras captaron cómo Rubi indicaba al extremo que el plan se mantenía. “Seguimos igual, eh, seguimos igual”. El Espanyol acabaría el partido intentando atacar, yendo a por todo como si nada. Pasan las jornadas y el Espanyol sigue ahí, empeñado en hacerse respetar.