El Madrid sobrevivió al desorden

El Madrid, vistoso de inicio y pobre al final, sorteó otro patinazo liguero y redujo como pudo a un buen Espanyol. Fue un equipo previsible, sin apenas desborde individual (sólo ocho regates buenos) y que se olvidó del orden en el último tercio del partido. A diferencia del partido contra el Roma, disfrutó de una posesión monótona. El descanso de Kroos arrebató a los de Lopetegui el cambio de orientación y el desplazamiento en largo que tan bien le hubiera venido.


Sin embargo, más extraño fue el limitado control que tuvo en la segunda parte. Sumó 72 pérdidas y su juego menguó hasta dar alas al conjunto perico. Con la inteligencia de Borja Iglesias y Sergio García entre líneas, el Espanyol ganó volumen y accedió a buenas oportunidades. La carrera de Ramos al ataque en el 91', con posterior respuesta del Espanyol inacabada por un pase mal medido de Sergio García, certificó el desgobierno final blanco. Esta vez salió indemne...

 

El movimiento. La salida de Sergio García propició que el Espanyol encontrara más líneas de pase por dentro. Casemiro no dio abasto y Llorente no terminó de equilibrar.