Me quedo con los buenos resultados
Visitaba Las Palmas uno de sus campos malditos, donde no se conocía la victoria en los cinco desplazamientos que se habían realizado con anterioridad. Nunca se jugó bonito en Almendralejo, por lo que tocaba ganar como fuera, por lo civil o por lo criminal, como dice el refranero futbolístico. Y bien que se logró, peleando y sufriendo. Ellos empezaron fuertes, pero la pauta la marcó Rubén Castro con un gol de panalti que ponía en superioridad a los de Jiménez. Solo un penalti injusto, por no decir inexistente, ayudó a los locales a empatar. El nuevo tanto de Maikel Mesa puso a los nuestros por delante y la expulsión de Galarreta nos hizo sufrir lo indecible. A todos nos encantan las victorias como la lograda ante el Nástic de Tarragona por su forma, contundencia y hasta estética, donde tuvimos superioridad, pero también gustan sufriendo y peleando como en esta última jornada. Si finalmente ascendemos nadie se acordará de que fue un partido estéticamente feo, sino de que ganamos donde nunca antes lo habíamos hecho. Y a falta de buen fútbol, mejor son los buenos resultados.
El equipo sigue en fase de construcción y los jugadores continúan conociéndose. A muchos nos habría gustado más dominio del partido, jugadas por banda y pases largos, pero cuando no se puede hacer todo eso toca ser buenos en el otro fútbol, el de replegarse, ponerse el mono de trabajo y defenderse bien. Y contar también con un pizco de suerte, porque cuando Chuli entraba desde atrás me temí lo peor. Ahora toca pensar en ganarle al Málaga y seguir con esta nube positiva. Si es de manera bonita, menor que mejor, pero lo que toca seguir haciendo en estos momentos es sumar, sumar y sumar… El domingo afrontaremos un test de altura ante el único equipo que lo ha ganado todo. Se gane, empate o pierda no será vital, porque al poco habrá que pensar en hacerlo otra vez bien ante otro gallito, el Sporting de Gijón…
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