Messi lanzó la consigna: este año la Champions es el objetivo. Donde pone el ojo pone la bala. Sus tres goles son el manifiesto realista del mejor jugador de la historia reciente del Barcelona. El gol con el que abrió el marcador se parece, dijo don Luis Suárez en Carrusel, a aquellos que metía Kubala. Y que el maestro que tanto hizo por hacer más bello el fútbol en el mundo relacione a Messi con su compañero húngaro es un elogio mayor. El resto de sus goles fueron de su factura magnífica.

Ya es Messi, único en los estadios y único fuera de los estadios, pues jamás presume de lo que logra, y es capaz de hablar en nombre del equipo y se alegra de veras, se le ve, de que otro compañero destaque y marque. En el gol de Dembélé éste hizo una diablura que le reclama aplauso a los que aman el arte del fútbol. Y fue precisamente Messi el que viajó a sus brazos, como un niño, para celebrar con él uno de los mejores goles de la noche. Messi señala el camino.... en la Champions.