Ojalá nos quedemos sin excusas

Ver rodar el balón en tu propio estadio un domingo soleado a las 16:15 es lo más parecido al fútbol de antes que nos regala esta Liga de sueños americanos. Los enamorados del fútbol vintage ya lo tenemos asumido: nada volverá a ser lo que fue, aunque todavía conservemos esa extraña mezcla de olor a césped recién cortado, puros, cafés y bolsas de pipas recién abiertas que se respira en los campos de fútbol. Los ideales románticos terminan donde empiezan los números.

Pese a los tiempos que corren, el equipo parece empeñado en devolvernos el romanticismo de antaño. Este año todo pinta diferente. Para ir a ver al Espanyol ya no se tiene que pedir permiso para salir antes del trabajo los lunes o los viernes. Tampoco se llega a casa en horarios intempestivos. Ni siquiera el equipo juega mal. El españolista va al estadio y se divierte.

Parecemos vivir en una buena película idílica hasta que miramos a la grada y la vemos medio vacía. Esta pasada jornada más de la mitad de asientos se quedaron sin ocupar. Al socio le tocaron el bolsillo con el abono y le dieron la mejor excusa. Así que solo nos queda esperar. Ojalá todo siga como pinta y al socio que hizo el esfuerzo, al final de año le quede la sensación de que su abono le salió barato. Cornellà-El Prat este año huele a fortín y cada vez quedan menos excusas para no acudir a animar a un equipo que engancha.