OPINIÓN
Una promesa del golf
De Puente San Miguel, cántabra como Seve Ballesteros al que entrevistó en su momento, Celia Barquín era una firme promesa del golf femenino español. Hace dos meses se había proclamado campeona de Europa amateur, como lo habían sido Carlota Ciganda o Belén Mozo… después golfistas de nivel mundial. Como ellas, dio el salto a Estados Unidos, a la prestigiosa NCAA universitaria en la que se cita lo mejor del futuro del golf. De allí salieron Jon Rahm, Ciganda, Azahara Muñoz... En Iowa State se había hecho una jugadora de prestigio y estaba ya terminando el proyecto de fin de su carrera de Ingenieria Civil. En marzo tenía previsto dar el salto a profesionales.
“Se encontraba en el mejor momento de su carrera, había ganado el segundo torneo más importante universitario de EE UU y tenía un margen de progresión espectacular, con esa determinación que diferencia a los deportistas que quieren triunfar de los que no”, cuenta Nacho Gervás, director técnico de la Federación Española y que vio muchos de los éxitos de Barquín, que ya había pasado la primera fase del LPGA, el circuito profesional norteamericano. Tenía sólo 22 años… Injustísima tragedia.