Estreno de competición y de seleccionador
España está hoy de doble estreno, competición y seleccionador. Y el doble acontecimiento lo solemniza el escenario, Wembley, con una afición ‘british’ ilusionada, porque los suyos dieron buena pinta en el Mundial. Southgate es el primer seleccionador inglés aplaudido masivamente en su país desde Ramsey, hasta el punto que su modo de vestir ha hecho moda. De paso, apareció un portero, Pickford, Kane ganó la Bota de Oro y hay una mirada satisfecha hacia una generación joven y querida. España se mide, más que a un viejo prestigio histórico, a una ilusión renacida. Pese a ello y a nuestro pésimo Mundial, las apuestas están divididas. Señal de que España pesa.
Luis Enrique no anuncia alineación, aunque sí intención: la de que España sea menos previsible. Ya es algo. Es verdad que el equipo se nos ha hecho a veces previsible con su juego monótono y sin profundidad, hasta llegar a la apoteosis del partido contra Rusia, que fue un sufrimiento. En todo caso, con las notables retiradas (las de Iniesta y Silva se suman a la anterior de Xavi) es de cajón que el equipo ha de buscar algo nuevo. Me gusta que el estreno de Luis Enrique sea así de bravo, con partido oficial en un campo en el que España sólo ganó una vez, el día de la liberación de Quini. Luego vendrá Croacia. El compromiso doble no admite rodeos ni dudas.
Y para imprevisibilidad, el derrumbe de De Gea, que ya dio síntomas antes del Mundial. ¿Jugará? En la Premier ha encajado siete goles en cuatro partidos, contra tres de Kepa, pero me parece que la idea es mantenerle para no hundirle. Y un apunte más: Rubiales por fin se ha manifestado sobre la idea de Miami. Lo ha hecho en ‘The Guardian’, tras esquivar infinitos requerimientos aquí. Como no creo que suponga que el asunto interesa más en Inglaterra que aquí, me figuro que habrá que pensar que un hombre acostumbrado a confidencias con Obama se siente más próximo a las grandes cabeceras internacionales a la hora de tratar temas de enjundia.