No sólo todo el mundo lo cataloga como posiblemente el mejor futbolista del momento, sino incluso de la historia. Lionel Messi, más de una década después, no está entre los tres mejores jugadores de la temporada pasada. Increíble. Es verdad que no hizo un buen Mundial y que fracasó en la Champions, pero volvió a marcar más de 40 goles por décima campaña seguida, levantó Liga y Copa y deleitó con una colección de jugadas que embobaron a todo el mundo, incluidos Cristiano Ronaldo, Luka Modric y Mohamed Salah, los tres finalistas. 

Messi asegura que lo ve todo de otra manera desde que nació hace seis años su hijo Thiago, el mayor. Desde entonces trata de relativizarlo todo. Por ese motivo todo este ruido mediático es motivación. En su primer discurso como capitán del Barcelona, durante la presentación del equipo en el Joan Gamper, alertó de las intenciones: “¡Queremos la Champions!”. Y lo que acostumbra a decir, lo cumple. Por eso deben disfrutar Modric y Salah (muy buena temporada la suya, sin premio para mostrar) de haberse colado en la fiesta de Cristiano y Messi, aunque en esta ocasión la invitación no le llegó a ‘La Pulga’.

El tiempo hará darse cuenta a los que dejaron fuera a Messi de que nunca verán a un jugador como él. Y menos durante 12 años seguidos siendo el mejor. Suerte y felicidades a los elegidos. Todo esto es gasolina para Messi, ‘el petitó’, y si no, ya lo verán.