Filipe Luis ya decidió marcharse una vez en 2014. Con el Atlético flamante campeón de aquella Liga de 2014, el brasileño decidió que su etapa con Simeone había concluido. Tras un año en el Chelsea jugando poco decidió regresar al conjunto colchonero. El Atlético lo vendió y lo recompró en un año porque el entrenador autorizó su vuelta. Cuatro años después, Filipe ha decidido que su tiempo con Simeone ha vuelto a concluir y quiere cerrar esta segunda etapa de rojiblanco. Pero se ha encontrado con un problemilla. El Atlético no le va a dejar irse gratis al PSG. O el equipo francés paga 30 millones de euros o no le dejarán salir.

La llamada de su amigo Neymar le ha hecho tilín. Además, el brasileño tiene que competir por el puesto de lateral izquierdo con Lucas Hernández, que se ha proclamado campeón del mundo con Francia en esa demarcación. Ya la temporada pasada Lucas le empezaba a comer la tostada antes de la lesión. Y este año lo ha visto claro. Después de verse suplente en la Supercopa de Europa y con la oferta del PSG en el bolsillo, Filipe ha dicho al Atleti: "Me piro". Está en su derecho a querer marcharse. Como el Atleti a no dejarle ir gratis y a pedirle que cumpla su contrato.