Es hora de volver al Bernabéu
Hubo un tiempo en que el Getafe presumía orgulloso de ser el único equipo al que el Real Madrid no superaba en sus enfrentamientos directos. Los cuatro primeros años del Geta en Primera División fueron un dolor de muelas para los jugadores blancos. Hace ya una década de un partido histórico para los azulones en el que Uche marcó en una pillería de Belenguer, mientras los madridistas celebraban un gol inexistente de Robben. Fue la única victoria, el último día en que los azulones jugaron en el Bernabéu. Las camisetas han vuelto muchas veces, pero desde entonces con poco espíritu de revolución, sin confianza en la sorpresa, sin alma. Ni un punto, casi ni un susto. Hasta esta noche. Hoy llega un nuevo Getafe que mantiene la esencia de siempre con el sello inconfundible de José Bordalás.
Esperen un equipo que compita cada balón como si fuese el último. Esperen asperezas uruguayas, trabajo sin excusas y muchos soldados de Bordalás con la escopeta preparada. Porque este Geta es parecido al del año pasado, pero aún con más gol, con más soluciones para el campo y para el banquillo. Aquí no se discute. Primero se corre y después se pregunta. Eso y un trabajo táctico espectacular llevaron la temporada pasada a un recién ascendido hasta las puertas de Europa. Pero quedó una espina clavada: no haber competido en el Santiago Bernabéu. Un escenario único en el que no se puede pasar desapercibido. Esa es la consigna, hacerse ver, dar la nota y, si puede ser, traerse unos puntos para el sur tanto tiempo después. Djené puede hacer de Belenguer y Ángel, de Uche.