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De propietarios a inquilinos por culpa de algunos “buenos atléticos”

Efectivamente esa es la principal consecuencia del fallo del TSJM, anulando la ordenación actual del terreno del Wanda Metropolitano. Y eso, como consecuencia de una denuncia de la Asociación Señales de Humo, que dice defender los intereses del Atlético. Para que se entienda, hasta esta semana el Atlético era pleno propietario del estadio y del suelo. Desde esta semana y sí el presumible recurso que se presente ante el Tribunal Supremo no prospera, el club va a estar alquilado por un periodo de 50 años, pagando una renta anual, tras el cual el estadio pasará a ser propiedad del Ayuntamiento.

De una forma muy resumida explicaré el tema: el convenio firmado en su día con el Ayuntamiento contemplaba que, inicialmente, dado que la antigua Peineta iba a albergar el Estadio Olímpico y lógicamente debía ser de titularidad pública, el Atlético estaría como inquilino, pagando una renta anual. Después de que se celebrasen los Juegos Olímpicos o si Madrid finalmente no resultaba adjudicataria, como así ocurrió, el Ayuntamiento procedería a vender los terrenos al Atlético, que pasaría a ser propietario de pleno derecho del estadio y del terreno. Para ello el Ayuntamiento se comprometía a iniciar un proceso de desafectacion que transformara lo que era un bien demanial no vendible (para que se entienda, una calle) en un bien patrimonial vendible (para que se entienda, un edificio público).Pues bien, todo ese proceso que ha durado años, se realizó con éxito y el Atlético consiguió la plena propiedad de un maravilloso estadio que ahora, por la demanda de un grupo de atléticos, ha perdido para convertirse en inquilino.

Genial actuación de un grupo de teóricos buenos atléticos que ponen en marcha una demanda movidos por el odio hacia los actuales gestores, sin calibrar que, con esa demanda, podían causar un grave perjuicio al club.

En mi etapa como vicepresidente del club tuve ocasión de conocer a algunos miembros de esta asociación y, sin dudar de sus buenas intenciones, tengo que decirles que moverse por el “cuanto peor mejor” puede resultar dañino para la entidad que se dice defender. Estas personas me temo que se han quedado ancladas en el pasado, concretamente en el proceso de transformación del club en Sociedad Anónima Deportiva de 1992.

Es verdad que en ese proceso hubo muchas dudas sobre su legalidad, pero también es cierto que hace ya muchos años el Tribunal Supremo resolvió favorablemente a los actuales gestores. No tiene ningún sentido intentar hacer pagar a los actuales gestores ese posible pecado original, con una batería interminable de demandas por diversos temas, sin darse cuenta de que el perjudicado puede ser el Atlético, como ocurrió por ejemplo en la modificación del ámbito Mahou-Calderón en donde por la demanda de esta Asociación, entre otros, se redujeron los aprovechamientos urbanísticos que le correspondían al Atlético y sus ingresos.

Ello supuso que el club tuviera que endeudarse para terminar el Wanda Metropolitano. El club está disfrutando actualmente de un extraordinario momento deportivo, económico, y patrimonial y tiene delito que ese momento pueda perjudicarse por la actuación de aficionados que, no dudando que actúan de buena fe, consiguen el efecto contrario.

Como todo el mundo sabe yo he sido una persona muy crítica en alguna etapa pasada del club, pero de la misma forma hay que reconocer que actualmente este está siendo bien gestionado y también es de justicia reconocerlo

Por tanto, yo como atlético le pediría a la Asociación Señales de Humo que ponga todos los medios jurídicos a su alcance para deshacer el perjuicio qué se ha creado al club y cariñosamente les recomendaría que disfrutasen de todas las cosas buenas que el club nos está dando actualmente a los aficionados.

Fernando García Abasolo fue vicepresidente del Atlético desde 2001 a 2012.