El mejor momento (quizá) para comprar una e-bike

Una buena e-bike cuesta más de lo que a la mayoría nos gustaría. Incluso cualquier bici de montaña (y por supuesto de carretera) de cierta calidad tiene un precio prohibitivo para muchos compradores, obligados a largos periodos de ahorro, en algunos casos, o la financiación, en otros. Es una realidad frente a la que poco se puede hacer, simplemente esperar y confiar en una reducción de tarifas con el incremento de las gamas disponibles.

En este contexto, tampoco es mala idea aprovechar los momentos más propicios de la temporada para obtener un precio ventajoso, como en el que precisamente nos encontramos en estos meses estivales. Es ahora cuando las marcas, y en consecuencias sus distribuidores, deben desprenderse de las unidades del ejercicio en curso ante la inminente aparición de las nuevas versiones, las correspondientes a 2019.

Por lo general, y pese a los intentos de algunos fabricantes de retrasar ese trámite hasta final del año, tras los meses veraniegos empiezan a llegar a las tiendas las bicicletas actualizadas. A partir de septiembre suelen estar ya disponibles, al menos para su reserva, por lo que vender una del año anterior suele ser bastante más difícil.

Al igual que ocurre en otros muchos sectores, desde la automoción a la electrónica pasando por la moda, nos gusta estar a la última, exprimir nuestro dinero aspirando al producto más reciente y, se supone, más evolucionado. Para los muy exigentes en este sentido lo ideal es esperar al lanzamiento de los versiones 2019, poco más se puede hacer. Sin embargo, para aquéllos que no sufren esa ansiedad, la opción de un una bici a estrenar pero del año precedente puede ser muy interesante, con descuentos que alcanzan hasta el 40%.

En algunos casos el cambio de modelo puede considerarse todo un salto generacional, es así cuando se produce una transformación total en la bicicleta. Por lo que se refiere a las e-bikes es un detalle a tener en cuenta: con elementos tecnológicos tan sofisticados como los motores eléctricos o las baterías no es descartable que, de cuando en cuando, se hable casi de una revolución en determinados modelos. Sin embargo, no siempre es así, ni mucho menos. Por lo general de curso a curso las mejoras se reducen a algunos componentes actualizados, propuestas cromáticas diferentes o ligeras modificaciones en la geometría.

Es en estos casos en los que aprovechar la oportunidad que supone una pedelec del año anterior se antoja muy ventajoso. Disfrutaremos de una bici casi idéntica a la nueva a un precio significativamente inferior, aunque deberemos considerar que la disponibilidad de tallas, montajes y colores será bastante más limitada a estas alturas de ejercicio.

Resulta fundamental con ello visitar varios distribuidores (o consultar sus páginas web), descubrir las unidades disponibles y solicitar distintas ofertas de la que nos pueda interesar. Y todavía quedan muchas semanas con un tiempo ideal para utilizar nuestra flamante e-bike sin que el año en que se fabricó resulte un inconveniente…