Todas las claves para acertar al comprar una e-bike
Los puntos principales que se deben tener en cuenta para acertar en la compra de una bicicleta de montaña eléctrica.
¿Para qué la quieres?
Tamaño de las ruedas
Otro debate típico desde hace ya tiempo entre los ciclistas de montaña y que es aplicable a las e-bikes. Desaparecidas prácticamente entre las bicicletas nuevas las ruedas de 26 pulgadas, siguen existiendo diferentes opciones entre las que se deberá elegir. Las de 29 son las más rodadoras y estables; las de 27,5 se encuentran en un punto intermedio en cuando a rendimiento y manejabilidad; la variante 27,5+ es la más apta para terrenos complicados por su mayor anchura (hasta tres pulgadas), mientras que la propuesta extrema son las fat bikes, con anchuras de hasta cinco pulgadas. Todas están disponibles en modelos eléctricos, aunque quizá las que se están imponiendo son las de 29 y 27,5+.
La dolorosa
Clave entre las claves. Si ya tenemos claro el tipo de e-bike que necesitamos, es el momento de saber cuánto dinero nos podemos gastar en comprarla (aunque el proceso es igual de válido a la inversa). Asumiendo que hablamos de un producto que no es precisamente barato, tampoco existen ya diferencias abismales respecto a bicis de montaña convencionales de gamas equiparables… que también son caras. Plantearse comprar una de estas bicis nuevas por menos de 2.500 euros puede resultar arriesgado, es mejor seguir ahorrando otro poquito más y avanzar un paso en calidad. Tienen tecnología sofisticada, los chasis son específicos, la electrónica resulta determinante, algunos componentes (en los que existe una enorme variedad) sufren en mayor medida… En fin, que invertir en un mínimo de calidad nos evitará muchas complicaciones y disgustos. A partir de esta cifra mínima, el tope lo marca el bolsillo del comprador, no falta quien se gasta en una e-bike lo mismo que cuesta una moto de media cilindrada. Y aunque el mercado de ocasión todavía no está muy nutrido, poco a poco va creciendo y se empiezan a encontrar opciones atractivas de segunda mano.
Una bici… con motor
Personalmente no aconsejaría una e-bike con el motor ubicado en el buje de la rueda trasera. La entrega de potencia es más brusca y la exigencia de par suele terminar afectando al anclaje de los radios al buje. Es por ello que la mayoría de los fabricantes, al menos los que ofrecen productos de cierto nivel, eligen colocar el motor eléctrico en el pedalier, una zona que además facilita la instalación de propulsores más potentes y sofisticados. En este instante entra en juego otro aspecto clave al elegir la bicicleta, el fabricante del motor utilizado por cada marca de bicis. En la actualidad cuatro son los especialistas que copan el mercado: Bosch, Brose, Shimano y Yamaha. Cada uno de ellos ofrece unas características diferenciadoras (incluyendo su potencia y cómo la entrega), puntos a favor y en contra, comportamientos variados… De todo hablaremos más adelante (requiere un análisis minucioso), pero por el momento conviene ser conocedores de esta diversidad. Aunque no es menos cierto que muchos son los ciclistas que eligen un determinado modelo porque la marca de bicis les gusta o les ofrece confianza, dejando en un segundo plano quién es el proveedor de motores.
Ponte las pilas
Además del motor (con el software que lo gestiona), la batería es el otro componente determinante en una bicicleta eléctrica. Las primeras comercializadas fueran adaptaciones sobre chasis convencionales a los que se acoplaban estos dos elementos, la batería colocada sobre el tubo diagonal con una estética y funcionalidad poco logradas. Este sistema se mantiene en algunos modelos (por lo general de gama baja), pero la tendencia apunta a la integración de la batería en ese mismo tubo diagonal que se sobredimensiona lo necesario. El resultado es mucho más satisfactorio en todos los sentidos, comenzando por el aspecto de la bicicleta, y la solución se irá ampliando poco a poco a productos de cualquier precio. La otra cuestión es la potencia de la batería, que se mide en vatios-hora (Wh) y que suele rondar de promedio los 500 en los modelos más preparados. Nos alargaríamos más de lo aconsejable explicando este concepto (se puede consultar en Internet si tienes interés), así que resumamos diciendo que cuanto mayor sea este valor, mejor para el ciclista puesto que tendrá más energía disponible, ya la emplee para recorrer distancias más largas o hacerlo a ritmos superiores con ayuda del motor.
Qué marca elegir y dónde comprarla
Una elección muy personal y que se relaciona con el asunto anterior del presupuesto. No hay que pedir necesariamente una hipoteca para disfrutar de una buena e-bike, pero repetimos que sí existen unos mínimos para hacerlo de forma satisfactoria. En el mismo sentido, mi recomendación es recurrir a marcas de prestigio, si siempre es una buena costumbre hacerlo en mayor medida incluso cuando hablamos de un producto relativamente novedoso (además de más complejo) y en el que las empresas punteras han tomado ventaja al resto. No quiere decir esto que la oferta sea limitada, la mayoría de los nombres que se nos puedan venir a la cabeza como referencias del sector cuentan ya con un amplio catálogo de bicicletas eléctricas: BH, Haibike, KTM, Orbea, Specialized, Scott, Trek… Por todo lo mencionado, también se desprende como obvio que confiar en una tienda especializada para su adquisición es lo más oportuno si buscamos un asesoramiento profesional de un producto que es bastante más que una simple bici de paseo. Éstas sí se pueden comprar sin mucho resquemor en cualquier centro comercial…