"Es un pájaro, es un avión… ¡es Luis Enrique!"

Luis Enrique estuvo valiente y sincero hasta donde pudo. Cuando salieron los nombres de De Gea y Sergio Ramos, en vez de volcarse en elogios como hizo con Iniesta, despejó la cuestión como pudo y remitió a su primera lista, el 31 de agosto. El nuevo seleccionador ha pedido informes del Mundial y lo que le han contado no le ha debido gustar mucho. Sobre De Gea ya lo habrá visto él, como lo vio toda España durante el torneo en Rusia. Sobre Ramos lo que ha recibido son los informes de la Federación, que no está contenta con el papel del capitán durante la concentración en Krasnodar. 

El nuevo seleccionador dijo en su presentación que impondrá normas de convivencia, que en su primera lista habrá sorpresas y que hará un equipo pensando a dos años vista. Esto se traduce en que quizás en la lista del 31 de agosto falte alguno de los pesos pesados que estuvieron en Rusia 2018. De Gea tiene muchas papeletas por su bajo rendimiento en el Mundial, que por cierto fue al final el que tuvo todo el equipo saliendo del torneo en octavos. Con Sergio Ramos ya veremos lo que pasa, pero Luis Enrique ya vio en su etapa internacional como Javier Clemente acabó de un plumazo con varios pesos pesados, Butragueño y Michel entre otros, y lo que le pasó a Molina con Camacho o a Raúl con Luis Aragonés. Me da la sensación que con el asturiano no habrá vacas sagradas, sólo rendimiento, compromiso y buen comportamiento. 

Luis Enrique tiene muchas cosas que cambiar. Al grupo de Rusia 2018 se le conoce como 'La Quinta del Peluco' por su insistencia en pedir un reloj de lujo, de no menos de treinta mil euros la pieza, sólo por alcanzar la clasificación para las fases finales de Mundiales y Eurocopas, objetivos que La Roja ha conseguido siempre en los últimos cuarenta años, desde Miguel Muñoz en México-86, sin el aliciente añadido del reloj. Además, lo del reloj es un foco de conflicto. Del último, el del fracaso en la Eurocopa de Francia, se repartieron 29 unidades. Le llegó un reloj a Villar, pero no a algunos de los futbolistas que sí estuvieron en la fase de clasificación. Un despropósito. Más que un reloj, lo que necesita España es ponerse en hora. Los internacionales deben hacer propósito de enmienda y cambiar de actitud.