El fracaso Mundial de Neymar
Brasil cayó ante Bélgica y fue eliminada del Mundial gracias una serie de errores. Errores de su entrenador, que alineó mal al equipo y no se atrevió a cambiar a sus jugadores de confianza hasta que era demasiado tarde. Errores de Gabriel Jesús y Fernandinho en el córner que resultó en el 1-0 belga con un gol en propia puerta. Errores de Paulinho y Fernandinho en la jugada de Lukaku que acabó en el 2-0, que De Bruyne marcó tras otro error, de cobertura, donde Marcelo estaba mal posicionado.
Tite justificó la entrada de Marcelo por Filipe Luís como una decisión de criterio. Pero Filipe había dado una solidez defensiva y táctica al equipo, además de excelente aporte ofensivo en las jugadas combinativas con Neymar y Coutinho en los dos últimos partidos. El verdadero criterio sería mantenerlo en el equipo titular, por mérito. Como lo hizo con Fágner en la otra banda. Pero ganó el nombre propio, la jerarquía.
Y nos queda hablar de Neymar. Tite apostó todas sus fichas en él. En su recuperación. El entrenador no osó tocarle. Le defendió ante las críticas de los rivales y de la prensa. Jugó todos los minutos, aunque nunca estuvo para jugarlos. Los primeros partidos, porque necesitaría minutos para coger el ritmo necesario. Y en la fase decisiva, cuando debería de estar a al cien por cien, no aportó nada. Perdió absolutamente todas las jugadas individuales que intentó. Y Brasil jugó con diez.
Neymar abandonó al PSG para prepararse para el Mundial. Optó por operarse cuando el equipo le pidió forzar ante el Madrid. Era su Mundial, decía. Y fracasó rotundamente.