Tite ha hecho de esta Brasil una referencia defensiva

El Mundial comienza hoy para Brasil. Esta es la expectativa depositada en la camiseta amarilla. Cómo el Real Madrid en la Champions, cuando Brasil llega a un Mundial cualquier resultado que no sea el título es una decepción. Es así de bestial la presión sobre el equipo. Pero no llegar a cuartos de final es algo que ni se puede concebir. Es obligación. Por la tradición de sus colores, la calidad de sus futbolistas y, este año, por la confianza depositada en un equipo que lleva dos años ilusionando a un país, que de las manos de un entrenador brillante y carismático, regresó a los brazos de su afición.

Aunque a Roberto Martínez no le guste asumir, no es tan grande la diferencia de talento entre las Brasil y Bélgica que se enfrentarán hoy en Kazán. Individualmente, son talentos espectaculares de ambos lados. Son selecciones que tienen mucho en común en la efectividad con la que atacan. La gran diferencia entre ellos y lo que puede determinar el resultado del partido es el mayor logro de Tite, la solidez defensiva sin perder el poder ofensivo y la característica fantasía de sus artistas que comandan la artillería canarinha.

Brasil tiene munición para romper los mejores bloqueos y a la vez tiene la mejor defensa del mundo. Es curioso como uno se plantea un encuentro ante Brasil y ya comienza a pensar qué tendrá que hacer el rival para marcar. Son sólo seis goles encajados en 25 partidos. Uno en este Mundial, donde los rivales ni siquiera logran tirar a la portería de Alisson. Y eso que ni hemos hablado de Neymar, Coutinho, Willian, Gabriel Jesus...